miércoles, 4 de diciembre de 2013

Julio de 1995, me rompí la clavícula en mi bicicleta, Fabio se mató en la suya

El sábado 15 de Julio de 1995, me levanté temprano y salí de la casa a las seis para hacer un recorrido de tres horas en bicicleta. Tenía 31 años de edad y estaba viviendo el peor año de mi vida.

Durante la noche había tenido un sueño en el que me veía sufriendo un accidente. Durante el tiempo de recorrido, tuve la sensación de que la bicicleta iba a sufrir un desperfecto que provocaría una caída. Curiosamente, mi bicicleta estaba perfectamente bien.

Cerca de las nueve de la mañana, cuando ya venía de regreso, circulaba por Av. Vallarta, dirección periférico-los cubos, cuando al pasar casi por el lugar donde está Wal-Mart y Sams, tomé la lateral (venía muy rápido) y no vi un charco de aceite de motor. Un carro venía saliendo de una calle transversal a Vallarta, pero no se me atravesó, frenó para cederme el paso. Cuando mis llantas pisaron el aceite, mi bicicleta cambió de dirección y fui a estrellarme contra ese auto.

Los ocupantes del auto bajaron y me ayudaron a levantarme. Dejé mi golpeada bicicleta en casa de un amigo que vivía a una cuadra de allí, y en el vehículo contra el que choqué, me llevaron a una unidad de Cruz Verde, en Las Águilas, escoltados por un agente de tránsito en motocicleta.

El golpe se sentía muy aparatoso y yo sabía que estaba fracturado. La radiografía mostró la clavícula rota, pero sin que yo lo supiera, me había roto también los ligamentos del hombro derecho. Me enteraría de esto seis semanas más tarde, cuando dejé el cabestrillo porque me clavícula había sanado.

Tres días después de este desafortunado incidente, el martes 18 de julio, viendo un noticiero de televisión, me enteré de que un ciclista había muerto en el Tour de Francia. Pensé entonces que yo con mi accidente no grave tenía solo una fractura simple y me consideré afortunado.

Fabio Casartelli, ciclista italiano, campeón olímpico en 1992 en Barcelona, ganador de la prueba de ruta ahora convertido en profesional y corriendo con el equipo Motorola (en el que militaba Lance Armstrong antes del cáncer y del doping), había muerto a tres semanas de cumplir 25 años.

Esta es su historia.