Como uno de los síntomas de mi trastorno de personalidad, tiendo a idealizar a las personas, eso hice con mi hermana Yolanda, cuatro años más joven que yo. Craso error.
Ahora que he tenido dificultades tan serias con ella, me doy cuenta de la clase de persona que en realidad es. En diciembre de 2012, vino de Tepic para radicar en Guadalajara y se trajo a su familia con ella, para que vivieran conmigo en casa de mis padres. A Yolanda le resulta imposible entender que una vez que una persona se casa, se va del hogar paterno para ya no volver. En todo caso, si le dieran la oportunidad de regresar, sería sola, sin cónyuge y sin hijos.
Yolanda trajo a vivir aquí a su esposo y sus dos hijas y no quiso ver el problema gigantesco que era que su esposo Enrique viviera aquí. Pasó la mayor parte del año 2013 sin trabajar e incluso se dedicó a intrigar en contra de mi madre (que es la dueña de esta casa) y en mi contra, también.
Yolanda se casó con esta basura hace 21 años, sabiendo que su escolaridad es primaria.
Mi hermana tiene problemas psicológicos muy graves para haberse casado con semejante pendejo, en lugar de haber contraído nupcias con un profesionista, alguien que estuviera dispuesto a trabajar y a mantener una familia. Se casó con un individuo cuyo narcisismo le hace imaginar que es insoportablemente bello, hermoso, que todas las mujeres del mundo quieren seducirlo. Mi cuñado Enrique se casó para que lo mantuvieran.
Mi hermana tiene problemas psicológicos muy graves para haberse casado con semejante pendejo, en lugar de haber contraído nupcias con un profesionista, alguien que estuviera dispuesto a trabajar y a mantener una familia. Se casó con un individuo cuyo narcisismo le hace imaginar que es insoportablemente bello, hermoso, que todas las mujeres del mundo quieren seducirlo. Mi cuñado Enrique se casó para que lo mantuvieran.
Esto no sería de mi incumbencia, si este señor no se hubiera dedicado a atacarme desde que se casó con mi hermana, el 14 de agosto de 1993, día en que mi monstruoso padre cumplió 56 años. Para acabar de completarla, este vividor, mantenido, remedo de padrote vivió en mi casa de diciembre de 2012 a junio de 2014, es decir, casi 18 meses y eso a mí me afectó muchísimo.
Ahora mi hermana Yolanda está muy enojada conmigo y su esposo pirujo se dedica a alimentarle ese odio.
Este señor, que dice llamarse Enrique, vino en su infancia con sus padres a mi país con una identidad falsa. No es quien dice ser. Ha vivido con documentos apócrifos, tales como acta de nacimiento, certificado de primaria, CURP, credencial del IFE, RFC, acta de matrimonio, etc.
Si las autoridades de mi país llegaran a descubrir eso, este remedo de padrote iría a parar a la cárcel y cuando cumpliera su condena, sería expulsado del país sin posibilidad de regresar jamás.
No me provoques, jodido sinvergüenza; no seas más pendejo de lo que te hizo Dios.
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