jueves, 21 de julio de 2016

Jueves 21 de julio, bien y mejorando


El miércoles 4 de mayo pasado tuve cita en psiquiatría en el Hospital Civil, me atendió una pasante de psiquiatría muy linda de nombre Edith y me cambió la medicación, específicamente el antidepresivo: fluoxetina en lugar de sertralina. Yo estaba pasando por una crisis y unos minutos después de haber comenzado la sesión, me puse a llorar, algo que me sorprendió tanto como a la linda joven que me estaba atendiendo; parte del problema era que Laura me había pedido el día anterior que me alejara de ella por un tiempo, pues estaba afectándola seriamente con mi comportamiento tan difícil.

Han pasado unas siete semanas y este medicamento ya ha hecho su efecto, definitivamente muy positivo. Uno de los aspectos más relevantes es que he dejado de maltratar a mi madre, una ancianita de 74 años muy amorosa, que me quiere mucho y me lo demuestra cotidianamente y que no merece que la trate tan mal. Ahora casi no me enojo con ella y sigo comprándole libros y películas en dvd para que pase su tiempo lo mejor que se pueda.

Por otra parte, sigo alejado de Laura, pero con comunicación ocasional. Me dijo que iba a fotocopiar su libro de terapia dialéctico conductual para dármelo, cosa que agradezco mucho. He oído llorar a esta dama tan hermosa y he sentido que su llanto me rompe el corazón y quisiera poder abrazarla. Cuando volvamos a ser amigos voy a cuidar esa relación como corresponde, pues esta bella mujer es la mejor persona que he conocido en mi vida.

El asunto es que ahora he vuelto a tener sobrepeso. En este momento estoy pesando 85 kg, y eso me hace sentir un tanto incómodo, si bien he de aclarar que mi abdomen se ve plano, o por lo menos con una protuberancia mínima, y cuando corro cuesta arriba en mi bicicleta de carreras lo hago bien.

Parte de la sintomatología de la depresión, que me complicó la vida tanto en abril pasado tuvo que ver con estar muy pasivo en lo que se refiere a ejercicio físico. Llegaba a la casa sin ningún ánimo para ejercitarme y pensaba que en un futuro a corto plazo estaría activo otra vez; al mismo tiempo estuve comiendo más que de costumbre y tomando mucho café. Resulta interesante que me haya deslizado hacia un episodio depresivo muy serio sin tener conciencia de ello.

En las últimas semanas me he hecho el propósito de ejercitarme más en mi bicicleta de carreras, así que llego a la casa como a las 5:30 pm y me cambio de ropa y empiezo a pedalear. La sudoración es abundante, pero por supuesto no es eso lo que lleva a perder peso ni talla. Mi kilometraje semanal sigue siendo bajo, pero es más que cero, que era mi total anterior. Me explico a mí mismo que al ejercitarme casi cotidianamente, estoy haciendo mi tarea, y ahora que me encuentro en la edad madura me doy cuenta de que si bien he cometido grandes errores, también he tenido grandes aciertos; con esto me refiero a que mi salud física es muy buena y eso se nota en mi persona.

No sé cuándo me va a buscar Laura, quisiera pensar que un sábado iremos a desayunar y volveré a besar una de sus mejillas y a tomarla entre mis brazos con todo mi cariño.

Esperemos que así suceda.


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