En noviembre de 1997, un ex compañero de la universidad, de nombre David, me contrató como técnico ambiental y de seguridad e higiene para trabajar en una empresa maquiladora del ramo electrónico, que venía llegando a Guadalajara. Mi primer empleo a los 33 años y medio de edad Dos meses y medio más tarde, comenzando febrero de 1998, me echó a la calle, asestándome una puñalada por la espalda y causándome un daño del que nunca me recuperé. Ese “amigo” haciendo equipo con mi padre, arruinó mi vida. Su motivación para perjudicarme fue la envidia que me tenía desde que me conoció 14 años antes al ingresar a la universidad y su narcisismo patológico. Puesto que él sí había terminado la licenciatura en ingeniería y había comenzado a trabajar desde entonces, creía ser superior a mí intelectualmente. Cuando trabajamos juntos y se dio cuenta de que no podía superarme en todo, cometió su acto de traición y de cobardía. El nombre de ese infame es David Iturbe Gutiérrez.
Padezco un trastorno de personalidad, el límite, también conocido como borderline. Había perdido la voluntad de vivir pero es posible que empiece a recuperarla; ya no soy joven, pero todavía estoy a tiempo.
lunes, 6 de enero de 2014
Estudiar como autodidacta, después mi primer empleo
En noviembre de 1997, un ex compañero de la universidad, de nombre David, me contrató como técnico ambiental y de seguridad e higiene para trabajar en una empresa maquiladora del ramo electrónico, que venía llegando a Guadalajara. Mi primer empleo a los 33 años y medio de edad Dos meses y medio más tarde, comenzando febrero de 1998, me echó a la calle, asestándome una puñalada por la espalda y causándome un daño del que nunca me recuperé. Ese “amigo” haciendo equipo con mi padre, arruinó mi vida. Su motivación para perjudicarme fue la envidia que me tenía desde que me conoció 14 años antes al ingresar a la universidad y su narcisismo patológico. Puesto que él sí había terminado la licenciatura en ingeniería y había comenzado a trabajar desde entonces, creía ser superior a mí intelectualmente. Cuando trabajamos juntos y se dio cuenta de que no podía superarme en todo, cometió su acto de traición y de cobardía. El nombre de ese infame es David Iturbe Gutiérrez.
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