lunes, 6 de enero de 2014

Insomnio en las primeras horas del 6 de enero


Tres y media de la mañana y no puedo conciliar el sueño. El insomnio dejó de ser un problema cuando comencé a tomar el tratamiento farmacológico completo para mi trastorno límite de personalidad (borderline). Valproato de magnesio (estabilizador del estado de ánimo) en la mañana acompañado de sertralina (antidepresivo), y en la noche, otra vez valproato de mg, ahora acompañado de risperidona (antipsicótico). Me parece que la risperidona me provoca sueño y me permite dormir, pero no siempre. Hoy, estoy viviendo una de esas esporádicas noches de insomnio.

La dama que fue mi psiquiatra, Fabiola Vargas Magaña, identificó el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adulto y me prescribió el metilfenidato durante el año 2011, pero me lo suspendió cuando me vi obligado a abandonar temporalmente la terapia psicológica. Ese acierto en la identificación del TDAH fue lo que hizo que se ganara mi aprecio. Otros psiquiatras como Flavio Miramontes Montoya y Gustavo Marín Pérez fallaron a ese respecto, miserablemente.

Escuché decir a principios del año 2010 a la psicóloga Socorro Ramonet, doctora en salud pública, que cuando no se identifica, el TDAH puede conducir al borderline, y creo que eso fue lo que me pasó a mí. Tuve un mal desempeño escolar casi desde el principio y jamás concluí una licenciatura en ingeniería.

Ahora, acercándome a los 50 años, no tengo una carrera ni un modus vivendis. No sé ganarme la vida y a partir de noviembre del año que acaba de concluir, he tenido pequeños ingresos gracias a mi amiga Lupita, una psicóloga del sector salud que me ha dado trabajo ayudándole con el aprendizaje del inglés y dándome ocasionalmente material a traducir. Mi historia de vida en lo que tiene que ver con no trabajar ha sido en extremo difícil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario