miércoles, 23 de marzo de 2016

Meditaciones sobre mi existencia solitaria y la necesidad de tener alguien a quién amar


En poco más de 30 minutos habré salido de trabajar y me retiraré a descansar, para no regresar hasta la siguiente semana. Desde hace tiempo siento un cansancio físico y un hastío psíquico constante cuyo origen no alcanzo a entender del todo, no quisiera pensar que me estoy haciendo viejo porque apenas voy a cumplir 52 años.

Ya no me ejercito en mi bicicleta de carreras cotidianamente, como lo hacía hace 10 años, no solamente por falta de energía sino porque mi interés en el deporte ha comenzado a declinar, asunto que no me preocupa porque lo veo como una señal de madurez. No es que piense abandonar la práctica del deporte para llevar una vida sedentaria, simplemente no pienso dedicarle más energía de la que merece y en cambio haré un intento por dedicar parte del tiempo que no estoy trabajando, a mejorar mi capacidad para escribir, a estudiar el idioma inglés de manera formal y a plantearme un objetivo. Recuerdo las palabras de Viktor Frankl y creo que debo preguntarle a la vida qué espera de mí, pues lo que yo he esperado de la vida nunca ha sido una posibilidad.

Ahora que estoy en un horario de 7:00 a 16:30 horas, que llego temprano a casa, he pasado horas vespertinas sintiendo mi dolorosa soledad anhelando la compañía de una dama con quien pudiera platicar tendido en el sofá, abrazándola, besando su piel, sus labios, amándola. Uno de los aspectos más dolorosos de mi existencia como enfermo mental ha sido la soledad en la que he vivido, mi poca interacción con el sexo opuesto, misma que cuando la he tenido, he acabado destruyéndola con mi comportamiento inadecuado, con mi celotipia.

Ayer hice contacto en una red social con una mujer joven que es reportera o periodista y trabaja para un diario local. Se ve linda en su avatar, que la muestra llevando un vestido color pardo y unas botas, sus piernas son generosas y fuertes, a la vez femeninas, su rostro se ve simétrico y armónico y aparece sentada en medio de un paisaje campirano, rodeada de cactáceas y ese tipo de vegetación.

Visité su blog, de blogspot.com y me enteré de que en noviembre cumplió 29 años, o sea que es 22 años más joven que yo. Parece poco probable que se llegue a dar una relación de pareja con esta hermosa joven.

En esa misma red social empiezo a interactuar con otra dama que en su avatar se ve muy guapa y parece interesada en mí, lee mi Time Line y me escribe frecuentemente, pero temo que esté en otra entidad y que la distancia geográfica sea de nuevo un obstáculo.

En esa misma red social conocí a la bella Ana Laura, pero está casada y es difícil que nos comuniquemos. Conforme escribo esto se me ocurre que el cansancio y el decaimiento que siento pudieran tener su origen en una profunda tristeza provocada por mi existencia solitaria.

Quisiera quererte y que me quisieras.

Abrázame.

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