jueves, 26 de mayo de 2016

Otra de mis crisis, cada una más dolorosa que la anterior


Ayer por la tarde llegué a casa y me encontré con que no había luz, algo ya cotidiano. Tenía intenciones de ponerme a hacer ejercicio, ciclismo estacionario con mi bicicleta de carreras sobre rodillos y el que no hubiera energía eléctrica lo imposibilitó. Esa fue la gota que derramó el vaso.

Mi madre recibió mi furia convertida en violencia. Volví a reclamarle lo que hizo a mediados de 1998, en que yo me fui a tratar de conseguir un empleo en la frontera norte ante la imposibilidad de conseguirlo en la ciudad donde vivo. Cuando esto sucedió, mi madre me pegó por la espalda y se fue a la ciudad donde vivía mi padre Edipo maldito para tratar de recuperar su relación de pareja, para tratar de recuperar a su cónyuge monstruo arrebatándoselo a la concubina, una mujer que no pasó de segundo año de primaria con quien mi padre había tenido tres hijos. Desde entonces he odiado a mi madre, porque de no haber hecho eso mi padre nunca podría haberme hecho tanto daño y mi vida no estaría arruinada.

Lo que provoca este dolor tan intenso, que ahora incluso es físico, es la soledad en la que vivo, complicada por vivir con mi anciana madre (no quisiera su compañía en absoluto) y el ser un don nadie, un individuo a quien nadie necesita y que no significa nada para nadie.

Laura, la psicóloga a la que he amado desde finales de enero, con quien tengo una historia que comenzó en diciembre de 2007, se ha ido de mi vida y eso constituye una fuente de sufrimiento muy intenso. Otra mujer, Ana Laura, aceptó el acuerdo que hice con ella enviándole un correo electrónico proponiéndole que se convirtiera en mi amante, en el buen sentido de la palabra. El martes le envié mensajes directos a twitter y ella los ignoró y eso me hizo darme cuenta de que con ella no voy a llegar a nada, lo que me produjo parte de ese sufrimiento tan intenso que precipitó la crisis.

Ayer me abstuve de ingerir alimento y desperté en la madrugada molido hasta los huesos y con sensación de hambre. Bajé a la cocina y preparé avena y tomé café y pan y vi un concierto en video de Mariah Carey. Cuando terminó este buen espectáculo, subí a bañarme y a prepararme para dirigirme hacia mi trabajo y decidí entonces bajar la velocidad, intentar no pensar tanto, respirar profundamente e intentar parar el sufrimiento en el que vivo.

Una buena parte de los sentimientos tan terribles que me aquejan provienen de la vulnerabilidad en la que he vivido porque mi patología y mis circunstancias me impidieron trabajar, puesto que mis padres provocaron esta situación, me condenaron a vivir en la indefensión y ahora mi infame hermana Yolanda junto con su esposo el padrote vividor mantenido que dice llamarse Enrique Manuel Cano Hernández han tratado de utilizarme para hacer que ese individuo despreciable se sienta que es alguien, comparándose conmigo, que a su juicio no soy nada.

Mi vida está dominada por el resentimiento y por el odio y parte de lo peor que me está pasando actualmente es sentir furia contra Laura, una persona a la que no quiero odiar, una persona a quien no quiero hacerle ningún daño.

Anoche le envié a esta hermosa mujer tres mensajes por what’s up, mismos que respondió horas más tarde. Ojalá este bello ser humano no se vaya de mi vida, el momento por el que estoy pasando es muy doloroso.

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