miércoles, 2 de noviembre de 2016

Comprar una bicicleta, circulos que se cierran y periodos de tiempo que llegan a su fin... empiezan otros


El pasado sábado 29 de octubre fui al negocio de mi amigo Hugo contemplando la posibilidad de comprar un cuadro de bicicleta o en su defecto una bicicleta completa, pues tenía semanas buscando esto en internet y casi me había decidido a comprar una en amazon.com.

Le pregunté a Hugo por un cuadro que tenía colgando del techo que parecía fibra de carbono y resultó que era aluminio y no me servía porque no era de ruta, sino de montaña. Entonces mi amigo me dijo que tenía una bicicleta Cannondale a un precio muy accesible. Al verla (de color rojo como el cuadro Cannondale que compré hace 23 años y como el cuadro Alu Bike que pude comprar con dinero que me dio mi madre hace 16 años) decidí adquirirla. Solamente le dije a Hugo: regreso en la tarde; y así lo hice.

A mediados de 1993 compré en la tienda de Pancho, padre de Hugo, un cuadro Cannondale de aluminio muy ligero, usado, el único inconveniente era su tamaño, pequeño para la longitud de mis piernas. Unos meses más tarde sufrí un accidente corriendo cuesta abajo y me rompí la clavícula, eso fue en septiembre y menos de dos años más tarde, en julio de 1995 volví a romperme la clavícula en esa bicicleta en el que se convertiría en el año más difícil de mi vida.

Tiendo a ser muy supersticioso, pero no pienso que volver a practicar el ciclismo, que es el deporte que me apasiona, en una bicicleta de la misma marca y el mismo color vaya a traer más calamidades a mi vida. Sin embargo, tengo expectativas de que este hecho pueda cerrar círculos y periodos de tiempo muy grandes y marcar el inicio de una vida muy diferente, mucho mejor que la que he llevado.

Es un hecho que en los últimos dos años y medio, que fue cuando comencé a trabajar, primero como traductor independiente (free lance) y un año más tarde como empleado en una compañía farmacéutica, mi realidad ha mejorado considerablemente y el beneficio no ha sido sólo para mí, sino para mi madre también, que es la persona con quien vivo y me satisface poder ofrecerle un nivel de vida adecuado, pues está viviendo sus últimos años y he vuelto a quererla, pues me dio la vida y pese a los errores que cometió, han subsistido en ella una gran capacidad de amar y características excepcionales.

No sé si mi manera de pensar refleje mis posibles rasgos Asperger. Algo que sí es un hecho es que los acontecimientos tan importantes y significativos que se dieron a partir de diciembre de 2012, en que vino a vivir a la casa paterna mi hermana Yolanda con su familia, han constituido un punto de inflexión y considero altamente probable que los sucesos sigan dándose en el futuro próximo. El modo como viví mi juventud y mi llegada a la madurez, en que hice grandes esfuerzos para superarme y pese a que hice bien la mayor parte de lo que intenté, todo me salió mal, llevaron a hacerme perder la voluntad de vivir por segunda vez, como ya me había sucedido en aquel fatídico 1995. Y curiosamente, la acción incorrecta de mi hermana de venir a vivir con su familia a la casa que tras la muerte de nuestro padre pertenece a nuestra madre, incorrecta porque su esposo no tiene ningún derecho a habitarla y mucho menos a comportarse como si fuera dueño, trajo a mi vida la posibilidad de realizar un trabajo que no habría podido hacer si ella no hubiera estado ahí, porque necesitaba su computadora personal y el internet y con mi computadora personal (ya muy obsoleta) y sin el internet, habría sido prácticamente imposible llevarlo a cabo.

Es un hecho que mi hermana me ayudó, aun cuando no haya sido esa su intención.

Y continuando con la idea de círculos que se cierran y periodos de tiempo que llegan a su fin para dar lugar al inicio de otros, en mi mente se manifiesta la idea de que en ese año en que compré ese cuadro Cannondale, mi hermana Yolanda contrajo nupcias, dando inicio a una situación muy mala que pudiera estar llegando a su fin, ahora que he vuelto a comprar Cannondale de color rojo. Y en ese año 1993 tan significativo se dieron las condiciones para que yo regresara a la universidad, lo que hice al año siguiente y tres semestres más tarde volví a enfrentar el fracaso. Siguieron a esto tantos años de tanto sufrimiento, pobreza y tristeza en los que a pesar de toda la adversidad enfrenté mi realidad lo mejor que pude y sin embargo no conseguí lo quería a pesar de merecer eso y más.

Veremos en los meses y los años que vienen qué acontecimientos se presentan, si bien tengo claro que no puedo esperar pasivamente a que se presenten, sino que tengo que salir a buscarlos.

El tiempo lo dirá.

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