viernes, 22 de agosto de 2014

La relación de todo lo anterior con la crisis que se me presentó

Decía al principio de la entrada anterior, que debido a un conflicto con mi hermana Yolanda, ella se puso a hablar mal de mí a mis espaldas, algo que mi padre hizo durante décadas. Ese fue el motivo de la crisis, que mi vecina Fany simplemente desencadenó con su actitud agresiva y grosera.

Mi hermana Yolanda presenta también problemas psicológicos graves, cosa que no es de extrañar habiéndose criado en una familia muy disfuncional en medio de una tremenda violencia intrafamiliar. Cometió el error de casarse con un individuo sin estudios que pese a haber tenido oportunidades para educarse, no estudió siquiera la secundaria. Este señor vive con el complejo de gusano, se siente insignificante y no podría ser de otra manera porque no cuenta con la mínima preparación académica (aunque en su currículum afirma ser licenciado en administración de empresas del Tecnológico de Cd. Guzmán); puesto que no lee, no tiene ninguna cultura y lo que sí sabe hacer es ver televisión.

El pasado 14 de agosto Yolanda y su esposo cumplieron 21 años de casados. En ese tiempo, ese señor ha trabajado unos tres años y los otros 18 los ha pasado viviendo a merced del trabajo de su esposa. Mi hermana no puede admitir que tiene un problema que no tiene solución, que su esposo no quiere trabajar y asumir sus responsabilidades y ser productivo y eso no va a cambiar. Entonces habla de mí, de su hermano enlodándome y dañando seriamente mi reputación.

Obsérvese la diferencia entre el esposo de mi hermana y yo. Por mi trastorno por déficit de atención, nunca fui un buen estudiante, además de que tuve problemas de conducta, pero nunca tuve la intención de abandonar la escuela. Al esposo de mi hermana, su padre lo inscribió en escuelas particulares en las que este señor jamás se paró. No se le pudo obligar a estudiar y su ambición era encontrar una muchacha rica, algo que por supuesto no consiguió. Este señor tiene un narcisismo gigantesco, obviamente muy patológico. Se siente excepcionalmente bien parecido y se toma muchísimas fotografías con su teléfono celular, las llamadas “selfies”.

Yolanda vino con su familia a vivir a la casa paterna a mediados de diciembre de 2012. Nunca tuvo conciencia de que estaba invadiendo la casa, pues cuando un hijo(a) contrae matrimonio, se va del hogar paterno para no regresar. Si por alguna razón se ve obligado a hacerlo, regresa sin cónyuge y sin hijos. Yolanda regresó a la casa de sus padres con su esposo, un individuo que es una verdadera molestia y que causó muchos conflictos, una persona que no tenía nada que hacer en esta casa. Ese señor se pasó la mayor parte del año 2013 sin trabajar, como ha pasado la mayor parte de su matrimonio. Yolanda cerró los ojos a todas las molestias que causaba su esposo y no contenta con haber invadido más de la mitad de la casa (dos recámaras y media de las cuatro que tiene la casa) intentó meter al novio de su hija mayor como visita a todas horas del día, cosa que mi mamá y yo no permitimos.

De ahí su enorme furia. Por llevar los gastos de la casa (que era lo menos que podía hacer por vivir aquí con su familia sin siquiera pagar renta), trató de imponer su voluntad, “el que paga manda”.
Yolanda no quiere abrir los ojos respecto al individuo con el que se casó. Se miente a sí misma y dice que ese señor tiene escolaridad preparatoria y no quiere verlo como un hombre que se casó para que una mujer lo mantuviera.

El colmo fue un comportamiento de este señor hacia mí, que comenzó a querer tratarme con actitudes de condescendencia. Cuando comencé a trabajar haciendo traducciones técnicas, me dijo “me da mucho gusto” cuando este individuo insignificante no está para que le dé gusto. Jamás en mi vida he tenido la menor intención de proporcionarle ninguna satisfacción a  un vividor, mantenido sinvergüenza, remedo de padrote.

El asunto es que eso que hizo mi hermana, hablar mal de mí a mis espaldas, me produjo un sufrimiento muy intenso. Mi padre murió hace seis años y ocho meses, pero el daño que ya no puede hacer, lo hacen otras personas como mi hermana Yolanda y su despreciable esposo. 

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