miércoles, 26 de abril de 2017

Segunda entrada del miércoles 26 de abril


La entrada anterior fue bastante ofensiva contra mi fea hermana Mónica, que para lo único que me sirvió fue para acabar de complicar mi vida, ya de por sí bastante difícil desde el principio.

Bueno, el día de hoy no ha sido fácil pues pese a que terminé un tramo de 45 páginas en el trabajo, muy fastidioso, comencé otro pero más que nada sentí el cansancio y el tedio, como me ha sucedido antes y al salir tomé la ruta acostumbrada para regresar a casa y al llegar subí a mi habitación y a espaldas de la casa se está construyendo una de esas torres que conforman un condominio vertical y los pinches albañiles (que conforman la legión infinita de lacras) escuchan el radio, su contaminación acústica, primero a Rocío Dúrcal, después la rapsodia bohemia de Queen, los jodidos mugrosos inferiores que constituyen verdaderos mutantes desprovistos de identidad y con aspectos de monstruos adefesios. Todo esto representa un estrés excesivo.

Me quité los zapatos y me puse mis sandalias, más comúnmente llamadas huaraches para darle un descanso a mis pies y bajé a abrirle la puerta a mis mascotas, a mis perritas adoptivas Chora y Clara porque el malestar que sentía no me iba a permitir soportar sus quejidos hasta pasada la hora de cenar, cuando las llevara a pasear.

En mi larga jornada alterno la traducción de páginas de los documentos técnicos con búsquedas en la red, búsquedas de personas no precisamente de mi agrado. Así apareció en fecha reciente Mario, el hermano de Lorena mi amiga de la infancia. El pendejo ese, nacido en diciembre de 1971 se divorció recientemente. Cuando compré mi primer Smartphone, en abril de 2014, me enteré principalmente por Facebook, que se había llevado a su esposa y a sus niñas a Las Vegas y había invitado a Lorena. Este lacra inútil se había casado sin tener la capacidad de mantener a una familia y había estado sacándole dinero a su mamá, pese a haber heredado un negocio de su padre, y de pronto comenzó a hacerse de utilidades cuantiosas, habiéndose asociado con Manuel Youshimatz, el corrupto medallista olímpico de Los Ángeles 1984 en ciclismo de pista. La corrupción le viene bien a esta gentuza.

Pues en resumidas cuentas, me enteré de que este lacra se divorció y me dio mucho gusto, y al mismo tiempo pienso en la pendeja que fue a casarse con semejante inútil y no puedo evitar pensar en lo mucho que he idealizado a las mujeres en general.

Lo que tengo en la mente, y no lo he expresado claramente, es que parece haber justicia en la vida, después de todo. Ya mencioné dos casos, vamos con uno más. Del otro lado de la calle vive un señor de nombre Carlos, 19 años mayor que yo, a quien conocí en octubre de 1981 cuando vine a vivir a esta casa con mi familia. Yo tenía 17 años, él debía tener 36. Por alguna razón tomé por costumbre platicar con él ocasionalmente mientras lavaba su automóvil, una de sus ocupaciones habituales (por no decir su único hobbie, tirando una barbaridad de agua). Me imagino que teniendo una pésima relación con mi padre, necesitaba una figura paterna. Pasaron los años y seguí con mi costumbre de platicar ocasionalmente con este señor, pero comenzaron a darse problemas y paulatinamente me alejé de él. Muchos años después, en 1998 cuando yo contaba con 34 años (viviendo uno de los años más desastrosos de mi vida) un día le pedí un aventón en su auto con el pretexto de comentar algo sobre unos vecinos que se habían convertido en un problema para el resto del vecindario (de hecho se habían convertido en delincuentes). Este imbécil montó en cólera (se puso como energúmeno) cuando le mencioné que uno de esos vecinos había pasado meses en la cárcel porque lo habían agarrado vendiendo drogas. Su reacción fue como si hubiera dicho algo terrible de uno de sus seres queridos cuando de hecho estos vecinos se habían convertido en enemigos de él y habían cometido actos bastante graves. He pensado muchas veces en ese momento y en que lo que debí hacer fue pedirle que se detuviera, bajarme de su auto y decirle que era una de las personas más idiotas que había conocido en toda mi vida y que no le pegaba una golpiza porque no era correcto pegarle a un viejo decrépito y pendejo. En lugar de eso le expliqué mi punto de vista y este imbécil se arrepintió de su exabrupto pero no se disculpó. No pasó mucho tiempo antes de que dejara siquiera de saludarlo y comenzara a sentir furia y desprecio por semejante imbécil.

Hace algún tiempo comenzó a usar bastón y un día apareció habiendo perdido una pierna. Padecía diabetes y se tuvo que recurrir a una amputación. Mi actitud parece ruin, pero me parece que este súper pendejo se lo merece y actualmente se pudre en vida, acercándose cada vez más a la tumba, con la idiota que tiene por esposa, una vieja pendeja que tiene un peso desmedido, como su estupidez y su falta de inteligencia.

No sé cuántos años más voy a vivir, pero si la vida me sigue dando ciertas satisfacciones, como enterarme que a gente mierda le han sucedido cosas malas, valdrá la pena ser un espectador.

26 de abril, a un día de cumplir 53 años


Hoy es miércoles 26 de abril y me encuentro a unas horas de cumplir 53 años. ¿Cómo era el mundo cuando nací? Cinco meses antes John F. Kennedy había sido asesinado en Dallas TX y en unos meses se llevarían a cabo los Juegos Olímpicos de Tokio. Mi madre tenía 22 años con tres meses de edad y mi padre 26 años y ocho meses. Siempre he pensado que estas dos personas no debieron unirse en matrimonio y nunca debieron tener descendencia, un rasgo que no los hace únicos, pues lo comparten con muchos millones de personas en todo el mundo.

He escrito sobre mi hermana Mónica, que hubiera querido llegar al mundo sola, pero nunca me he puesto a pensar qué hubiera querido yo. ¿Cómo habría sido llegar al mundo como hijo mayor sin compañía? De todos modos me habrían puesto el nombre de mi padre, deleznable costumbre que tienen tantas parejas y habría sido objeto de la furia de ese mal individuo por ver en mí a su propio progenitor y todo lo demás, pero tal vez mi salud física y sobre todo mental habría sido mucho mejor si no hubiera llegado en compañía de una hermana gemela. Por principio de cuentas, muy probablemente no habría nacido con la visión muy disminuida en el ojo izquierdo, con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, con rasgos Asperger aunque sí con una personalidad borderline. Por lo demás, encuentro tan improductivo pensar en una situación hipotética.

No he visto a mi hermana gemela en casi 14 años y lo que sé de su existencia es especulación en un 90%. No sé si en este terreno cae lo que pienso de su esposo Jeffery, que parece deleitarse en promover que Mónica odie y desprecie a su familia, algo no muy congruente con su religión cristiana, con las enseñanzas del hijo de Dios, aunque esto no me sorprende pues los gringos se han distinguido por despojar a tantos pueblos de lo que les corresponde (como sus recursos y sus riquezas naturales) y han asesinado a tantísimas personas de tantas maneras, mostrándose al mismo tiempo tan religiosos que se necesita ser muy tonto para no identificarlos por su incongruencia.

¿Y qué va a hacer ese gringo payaso respecto al cumpleaños de su esposa? ¿Llevarla a celebrar a un restaurant caro? Desde que el pedazo de pendejo me contactó por medio de la red social Quora, mencionando una entrada en este blog (de agosto de 2014) en la que hablo de Mónica, debe estar consolándola, aliviando su sufrimiento y convenciéndola de que es una mártir, abriéndole los ojos una vez más ante lo malvado que es su hermano y lo afortunada que es en tener como cónyuge a un hombre tan maravilloso como él, por lo cual debe darle gracias a Dios de rodillas (y manos, en cuatro patas). Pinche gringo baboso.

Hace tres años, sábado 26 de abril de 2014 fui al centro llevando un sobre de fotografías de cuando Mónica y yo éramos niños y las hice escanear en un café internet para enviárselas por correo electrónico a mi hermana gemela. La maldita idiota me ignoró, que es la peor injuria que puede hacérsele a alguien. ¿Qué le pasa a esta tipa? ¿Lo suyo es idiotez además de enfermedad mental? ¿No se da cuenta, junto con su pendejo esposo que el mayor peligro es para ellos mismos y para sus hijos? A mí me molestan sus comportamientos, pero no vivo con ellos, de hecho estoy a miles de kilómetros, pero sus hijos (en este momento de 11 y 12 años) van a presenciar su descenso a la locura y a pagar las consecuencias.

Bueno, hermana fea e idiota, si quieres volverte loca estás en todo tu derecho. Que te aproveche.

domingo, 23 de abril de 2017

Recuerdos de tiempos pasados


Entre 1973 (yo tenía nueve años) y 1978 (yo acababa de cumplir 14), viví con mi familia en Toluca, capital del Estado de México, donde cursé la segunda mitad de mi educación primaria y los primeros dos años de secundaria. Debió ser en 1975, cuando yo tenía once años y cursaba el quinto año de primaria, que hice un viaje a Nayarit con mi padre, que tenía una propiedad de 35 hectáreas en el municipio de San Blas a la que llamábamos ‘rancho’. Esto sucedió después de un conflicto muy serio entre mis padres que presenciamos mi hermana Mónica y yo, un evento muy traumático, vivíamos en el penthouse de un edificio de gobierno sede de un banco agropecuario del que mi padre era gerente general. Ese mal individuo debía tener en ese entonces 38 años de edad.

Pues nos fuimos mi padre y yo por carretera, saliendo de Toluca, en el centro del país hacia Tepic, en el Occidente, y llegamos a hospedarnos en un hotel céntrico en esa pequeña ciudad. El nombre de ese alojamiento era Fray Junípero Serra. Una empleada parecía conocer muy bien a mi papá, al grado que entraba en la habitación y se sentaba en la cama a platicar con él, con toda la familiaridad del mundo. Uno de esos días, por la noche, mi papá y yo pasamos por la casa de esa mujer, que tenía hijos de edades aproximadas a la mía y cuya madre quería que jugaran conmigo, y mi padre platicó unos minutos con ella en el umbral de su vivienda. Yo era un niño, pero tenía la suficiente inteligencia para darme cuenta de que había algo anómalo en esa situación, en que mi padre frecuentara a una mujer que le hablara con coquetería diciéndole: ‘ay Rafael, es que tú eres muy malo’.

Una vez que estuve de regreso en casa, se lo informé a mi madre y ella le reclamó a mi papá, que montó en colera y me encaró teniendo la ventaja de ser un hombre adulto enfrentándose con un niño. Parte de su discurso fue: ‘si yo anduviera pretendiendo a una mujer, tú no te ibas a dar cuenta`.
Ese fue uno de los eventos que se quedaron grabados en la memoria del padre que tuve. Años más tarde, cuando ya vivíamos en Guadalajara, siendo yo un adolescente, posiblemente de 17 años, el cerdo incestuoso me obligó a acompañarlo a su ‘rancho’ (ahora debía contar con unos 44 años) y me reclamó otra vez que le haya informado a mi madre años antes que él haya andado frecuentando a una mujer inmoral y buscona y yo no haya sido un idiota en ese momento en que era lo que a él le convenía, lo que servía a sus propósitos.

Yo jamás he sido un idiota, eso fuiste tú que no pudo evitar destruirse. Es una lástima que hayas arruinado a una familia en el proceso y hayas matado a tu hija menor. Púdrete en el infierno, pedazo de cerdo.

viernes, 21 de abril de 2017

Un estilo de vida doloroso, ¿cómo canalizar la energía?


Pasan las horas y mientras trabajo entro una y otra vez en mis diferentes cuentas de google buscando información que sé muy bien que no voy a encontrar, muchas veces no busco nada en concreto y todo esto me recuerda el título de una novela de Milan Kundera: La vida está en otra parte.

En los últimos días mi resentimiento se ha focalizado en mi hermana Mónica, a quien no puedo separar de su cónyuge, el gringo anodino manipulador y poco hombre de nombre Jeffery, que es responsable solo en parte del comportamiento de mi hermana hiena.

De momento esas dos personas son las que aparecen en mi mente como una manifestación de mi incomodidad, del malestar permanente con el que vivo, en tiempos recientes otras porquerías como mi tío Paco, el viejo emasculado desprovisto de hombría y de virilidad ocupó un lugar importante; un poco antes fueron mi hermana Yolanda y su marido vividor remedo de prostituto y durante 19 años David el “amigo” traidor que emuló a Judas Iscariote. Y el que siempre está presente es el alcohólico infame incestuoso y pendejo que tuve por padre. Con tantos enemigos en mi mente, mi estilo de vida es doloroso.

En mi reproductor mp3 tengo mucha música grabada y algunos audio books, uno de ellos ‘man’s search for meaning’ de Viktor Frankl, que he leído y escuchado, pero al que no le he sacado provecho. Es un hecho que tengo rasgos de misantropía, detesto a la gente, quisiera estar rodeado de personas inteligentes de apariencia física agradable y buena actitud y me resulta casi imposible sentir empatía por los pobres, por los desarrapados y la gente inculta o iletrada y analfabeta me provoca furia y no entiendo por qué se reproducen tantas personas que no tienen calidad de vida y no tienen nada que ofrecerle a un hijo.

Pues el hecho es que de pronto pienso en la fotografía de mi hermana Mónica y veo en su rostro mucha tristeza y mucho dolor, cosa que en realidad no lamento, pero no sé si sea mi imaginación pero se me ocurre que pudiera estar padeciendo una enfermedad grave. ¿Si así fuera, qué sentiría por ella?

Durante las horas de la mañana pensé que ya es hora de cambiar el modo como vivo y abandonar este ciclo periódico en el que aparecen en mi mente los recuerdos de un individuo o un grupo de individuos y me provocan una gran incomodidad y la expectativa de que en un futuro a mediano o largo plazo voy a presenciar una serie de calamidades que les van a suceder, a menos que ya hallan muerto, como el caso del cerdo que tuve por padre.

Debería encontrar la manera de manejar ese dolor y esas experiencias difíciles de mi pasado de forma productiva de modo que en lugar de seguir gastando energía psíquica, desperdiciada inútilmente, la canalizara a algo constructivo. Olvidarme de ello no es posible, de hecho eso es un disparate y tan inteligente como tener una herida infectada y dejarla sin atender.

¿Qué va a pasar contigo, Mónica Madrid Jung? ¿Debería importarme? ¿Volveré a verte algún día? Creo que lo que más te haría sufrir sería enterarte de que me recuperé e hice algo con mi vida; de tu pendejo esposo mejor ni hablar.

lunes, 17 de abril de 2017

Resentimiento, el dolor cotidiano


Contrariamente a como ocurre normalmente, tuvo que sonar la alarma para que despertara y me costó trabajo hacerlo. De pronto recordé que ayer domingo no dormí siesta y la semana que terminó fue otra de 200 km en bicicleta, que no son muchos, pero ahora son desacostumbrados. Bajé a la sala a tomar café y pan y a comer avena con agua y pasitas y al terminar tomé un baño con agua fría después de meter a mis mascotas a la casa, Chora y Clara, que el pasado sábado cumplieron dos semanas en casa, y me fui a trabajar, a la larga jornada de nueve horas y media.

Estoy terminando otro archivo maestro de fármaco y entre documento y documento entro en mis diferentes cuentas de google y consulto mis correos electrónicos y mi blog (este) y veo las visitas, algún imbécil, probablemente mi cuñado Jeffery Jung puso un robot para que hiciera visitas periódicas a las últimas 30 o 35 entradas quién sabe con qué propósito, tal vez para que reportara contenido inapropiado con la esperanza de que el blog desaparezca. En fin, su ardid no le va a servir para nada.

Miro la entrada que escribí el sábado pasado, en la que puse una foto en la que aparece mi hermana Mónica, misma que tomé de su cuenta de Facebook, en la que sus amistades pusieron comentarios elogiando su belleza, algo que no existe, a todas luces un falaz acto de caridad, algo patético en su naturaleza. Al entrar una y otra vez en mis diferentes cuentas de google, especialmente en esta, me doy cuenta de que además de hastío y aburrimiento, mi vida está dominada por el dolor, porque he sido lastimado demasiadas veces por personas que eran importantes en mi vida. Mi hermana Mónica llegó al mundo conmigo y presenció mi interacción con mis padres, especialmente con el hijo de puta que tuve por progenitor; no obstante, bastó con que su pendejo cónyuge, con quien llevaba menos de dos años casada, le dijera que yo era la persona más despreciable del mundo para que ella se lo creyera y se enojara mucho conmigo y me atacara y de ahí en adelante viviera muy avergonzada de tenerme como hermano.

El rostro de esta arpía refleja que está muy deprimida y no hay nada en el mundo que pueda remediar eso, cosa que no lamento en lo más absoluto, pero en cambio sí quisiera cambiar mi realidad. Quisiera poder enfocarme en otras cosas, tener un aliciente, una motivación que me ayudara a poner mi atención en algo positivo, en algo que me diera alegría y dejar de sentir dolor. En 10 días habré cumplido 53 años y dos en mi empleo, tendré algo que celebrar.

sábado, 15 de abril de 2017

Sueño con alguien cercano a mí, ¿significa algo?


Después de comer dormí una siesta de aproximadamente una hora y soñé con mi hermana Mónica, que aparecía embarazada y sin su cónyuge y me acompañaba en la mesa en un lugar extraño que parecía un departamento que habitábamos con nuestra madre y nuestra hermana Yolanda y su marido parásito y extrañamente sin sus hijos. Yo le propinaba a Mónica un golpe por haber tomado comida de mi plato y alguien me cubría los ojos para que otra persona me diera un golpe en la cara con la mano abierta, después de lo cual yo me quedaba sin saber quién era el responsable de esto, pero aceptaba la represalia sin mayor problema y me sentía mal por haber lastimado a mi hermana gemela.

Esa hermana Mónica, nacida cinco minutos después de mí en Cd. Obregón, Sonora aquel 27 de abril de 1964, hace casi 53 años, ha cortado relaciones con sus los dos hermanos que le quedan (Yolanda y yo) y con su madre, una linda mujer de la tercera edad. Su amargura y su resentimiento parecen inexplicables. He escrito en este blog sobre ella y sobre su esposo, el gringo pendejo Jeffery Alan Jung a quien ella ve como un semi dios y el reverendo hijo de puta me contactó en fecha reciente en la red social Quora mencionando simplemente este blog [enfermedadmentalviolencia.blogspot.com] con una fecha errónea (25 de agosto de 2014), lo que significa que lo escrito en la entrada del 23 de agosto del 2014 (My twin sister Monica, sibling rivalry) tuvo una fuerte afectación cuando la leyó alguien que los conoce, cosa que me da mucho gusto.

Estamos exactamente a la mitad de abril y en poco más de dos meses se cumplirán 14 años de que vi por última vez a Mónica cuando vino con su flamante marido gringo, un hijo de puta que antes de conocerme decidió atacarme utilizando a su esposa, mi hermana como su marioneta descerebrada para su propósito; vino a meterse a mi casa dándoselas de hombre generoso de buenos sentimientos cuando en realidad venía a propinar una puñalada por la espalda. Mónica no tiene conciencia de lo que hizo y dice que el pasado no se puede cambiar y que lo que ella y su marido hicieron no tiene importancia.
¿Y si la salud mental de mi hermana se deteriorara lo suficiente como para desarrollar una psicosis? En los últimos años he presenciado cambios terribles en las vidas de un cierto número de personas y curiosamente en ningún caso lo lamento. ¿Qué pensaría si la vida de mi hermana gemela se convirtiera en un infierno? ¿Que es lo que le toca enfrentar a ella?

viernes, 14 de abril de 2017

Viernes 14 de abril, a 13 días de cumplir 53 años


Viernes santo, algo que por el lado religioso no significa nada para mí, pero por otra parte fue bueno porque al igual que ayer, no fue día laboral y con el jueves y el fin de semana que comienza mañana, sumará cuatro días de asueto muy necesarios; la semana laboral es larga y yo ya no soy joven.

Después de desayunar me fui a caminar con mis mascotas, mis perritas Clarita (cachorra) y Chorreada (adulta, madre de la anterior) para que canalizaran una poca de su abundante energía, además de que desalojaran sus intestinos y no lo hicieran dentro de la casa. Una vez que hube regresado a casa procedí a lavar unas prendas de ropa y mis jóvenes mascotas me hicieron compañía.

Más tarde estuve leyendo el libro ‘abnormal psychology in a changing world`, específicamente un capítulo sobre problemas en la infancia y no encontré ninguna información que pudiera relacionarse conmigo que pudiera considerar satisfactoria, excepto que en mi caso podría padecer Asperger, una forma de autismo y aunado a información que he obtenido en internet, además del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (que en realidad no leí). En resumen, la actividad no fue muy productiva.

A finales de agosto de 2015 hice amistad con una Karenn Kiowa, licenciada en psicología y con el grado académico de maestra, una mujer fascinante con una muy buena preparación académica y una gran personalidad a quien conocí en twitter y una de nuestras primeras llamadas telefónicas me señaló la posibilidad de que yo tuviera rasgos Asperger, después de echarle un ojo a este blog. Algo que le llama la atención a muchas personas es la facilidad con la que recuerdo fechas con detalles como día de la semana, tratándose de eventos que pudieron haber sucedido hace años. Otra cosa, que tiene que ver por ejemplo con el deporte que practico, es mi fascinación con los números. En el manubrio de mi bicicleta, tengo un ‘cyclocomputer’, un dispositivo electrónico de alta precisión que tiene un cierto número de funciones, pero yo le presto atención a unas cuantas, la más importante, el avance del odómetro. Apunto en un cuaderno la fecha y la lectura final del kilometraje recorrido, lo que me permite ver qué distancia recorrí en un día determinado, en una semana, en un mes, en un año, en un periodo de tiempo específico. No tiene mucho sentido, pero cobra una enorme importancia. Al mismo tiempo hay números que no me gustan, que procuro evitar, el ocho el más importante. Evito que la lectura del odómetro quede en ochenta y tantos, cuando se trata de ochocientos y tantos no es mucho lo que puedo hacer para evitarlo y en ocho mil..., no sucedió nada malo. Siento que algo malo va a sucederme si en la pantalla de mi cyclocomputer aparece el número ocho y aunque racionalmente sé que esto es absurdo, el sentimiento no deja de producirme inquietud. Lo mismo me sucede con otros asuntos, aunque la frecuencia de esto último ha disminuido con el paso del tiempo.

Comí temprano, antes de las dos de la tarde y dormí siesta de unos treinta minutos en la sala. Cerca de las cinco subí a mi recámara e inflé las llantas de mi bicicleta para colocarla sobre los rodillos y pedalear durante 30 minutos. Una vez hecho esto, salí a la calle y me dirigí a mi circuito Paseo de la Cañada - Lomas Altas de cerca de 4000 metros para completar un recorrido que se acercaba a los 50 km. Fue de lo más afortunado que las calles estuvieran casi vacías, aunque no faltaron un par de pendejos circulando en sentido contrario en Paseo Lomas Altas. Cerca del final de mi recorrido vi a tres adolescentes del sexo masculino caminando en Paseo de la Cañada vistiendo prendas deportivas, pero con un aspecto lamentable, con sobrepeso y abundante tejido adiposo. Es un hecho que ya me encuentro en la edad madura y al aspecto físico de las personas me resulta decisivo, esos muchachos me provocaron un rechazo indescriptible con su fealdad repulsiva; no puedo negar que veo a la gente con esas características como desechos humanos, parte de la descomposición social independientemente de su origen socioeconómico. Cuando volví a toparme con ellos, unos minutos más tarde, parecían venir de regreso de un OXXO, pues caminaban comiendo alimentos chatarra y uno de ellos hizo una manifestación de imbecilidad agresiva, profiriendo un grito ofensivo quién sabe a quién (a lo mejor a mí), como si el blanco de su agresión tuviera la culpa de que él fuera una porquería.

Y lo anterior me lleva a pensar en otra de mis obsesiones, en que vivo en un país sobrepoblado. Es abrumador salir a la calle y toparse con una barbaridad de gente bien jodida y bien dada a la chingada, comenzando por su aspecto físico. ¿Por qué tanta gente se aparea con intención de reproducirse? ¿No tienen conciencia de su jodidez? Reconozco su derecho al placer sexual, a buscar el orgasmo, pero no a traer más porquería al mundo y agravar el problema de la sobrepoblación.

En fin.

jueves, 13 de abril de 2017

WordPerfect de Corel y otros asuntos


Jueves 13 de abril, me encuentro en mi casa, esta mañana he ido a la Capilla de Jesús a comprar un material pirata en DVD para mi madre, una serie de televisión de médicos en la cual gastado bastante dinero, pero no me duele, pues son muchas horas de distracción para ella, que pasa tanto tiempo sola mientras yo me ausento por mi trabajo. Más tarde recibí el envío de amazon que consiste en el software WordPerfect OFFICEx7 HOME & STUDENT, comercializado y distribuido por Corel. Decidí comprarlo porque tenía office de Microsoft pirata, comprado en el mercado de San Juan de Dios y daba problemas. Además, desde hace muchos años me había enterado de que es muy superior a Word de Microsoft y me pareció que el gasto estaba justificado.

Por otra parte, comprar software no pirata a Microsoft parece descabellado. Algo que de veras me molesta es pagar sus precios tan elevados y además tener que renovar el pago al cabo de un periodo determinado.

En las últimas semanas he gastado una cantidad de dinero considerable, una buena parte en amazon. Mis rodillos Kreitler, mi monitor de ritmo cardiaco, este software WordPerfect y las mismas siete series de Grey’s Anatomy para mi madre, todo lo cual suma miles de pesos que en realidad no me duele pues es dinero bien gastado.

He pensado en los últimos días en que estoy por cumplir dos años en mi empleo de traductor en una empresa farmacéutica y estoy en mi nicho, pues tengo un talento para la escritura. Desde que comencé a hacer traducciones técnicas relacionadas con la industria farmacéutica se me ocurrió que podía llegar a convertirme en un escritor científico o algo parecido, pero he hecho poco para perseguir ese objetivo. Comprar este software puede ser una medida de presión positiva. Nunca terminé una licenciatura en ingeniería, pero mi formación académica es muy sólida y gracias a eso mi trabajo es de calidad, sin embargo tengo que ver hacia dónde voy profesionalmente.

Mi mente permanece ocupada, no necesariamente en el buen sentido de la palabra. Llevo una pesada carga de resentimiento y eso merma mi calidad de vida. Tuve un padre abusivo y pendejo que se fue de este mundo hace nueve años, pero las secuelas de su destructividad y su porquería siguen presentes y mis pensamientos se ocupan de asuntos de una importancia muy dudosa o muy cuestionable, como los comportamientos de compañeros de trabajo, o los personajes que se encuentran en los medios, cosas así.

Para ilustrar esto último pongamos un par de ejemplos. Tengo un compañero que es jefe de Transferencias (de tecnología). Su nombre es Omar y es un bobalicón. Otro tonto, de nombre Jorge, integrante del equipo de Formulaciones, que tiene en común con Omar que es otro bobalicón, se la pasa pendejeando con el primero y distraen y hacen la jornada más pesada y difícil con sus bufonadas. Tenemos un compañero de nombre Miguel que tiene algún tipo de discapacidad mental, es un morón o algo parecido. Es algo así como un office boy y oficialmente su puesto es ‘operador general’ si bien hace su trabajo en oficina. Miguel tiene la costumbre de estar muy al pendiente de su nómina, para lo cual tiene que consultar el kiosko virtual, lo que es necesario hacer en una computadora, que por la naturaleza de su trabajo él no tiene. Entonces tiene que pedirle a algún compañero que haga la consulta por él. Así sucedió hace algunas semanas y el bobalicón de Omar, al ver la cantidad que tenía Miguel en su caja de ahorro le llamó ‘Rockefeller’. Típica pendejada de este remedo de bufón.

Asuntos como este se quedan en mi mente y dan vueltas una y otra y otra y otra vez.

A partir de la 1:30 pm, de lunes a viernes, el noticiero de Imagen radio es conducido por un mamarracho (de esos que casi no hay) de nombre Francisco Zea (quién sabe de dónde lo sacaron), un pedazo de idiota al que la primera vez que lo escuché, estaba dialogando con Pablo Carrillo, comentarista de deportes y dijo que correr lo había hecho perder mucho peso y le ‘había dado un cuerpo hermoso’ (una pseudo broma que refleja un narcisismo muy patológico). Además, este pedazo de pendejo con actitud de semi dios juzga a cuanto ser falible se encuentra y se ríe a tambor batiente de los errores de los demás. Y hay tantos pendejos narcisistas inútiles y además corruptos en los medios de mi país.

La neurosis es un estilo de vida doloroso.

miércoles, 12 de abril de 2017

Kreitler Challenger rollers, seguimos en actividad


A partir del sábado 1 de abril, me ejercito sobre un nuevo set de rodillos Kreitler Challenger de tres pulgadas de diámetro, una pulgada menos que los que usaba antes, lo que supone una resistencia y un esfuerzo mayor.

Desde el último sábado de octubre del año pasado, tengo esa bicicleta Cannondale de fabricación estadounidense, la misma marca que tuve a partir de 1993, que dejé de usar en noviembre de 2000 porque se rompió el cuadro (de aluminio) por desgaste y entonces, con ayuda de mi madre, pude comprar un cuadro del mismo material, hecho en México, de la marca Alu Bike, confiable, pero muy pesado. Es curioso que las tres bicicletas profesionales que he tenido en mi vida han sido de aluminio y de color rojo.

El primer lunes de abril recibí el monitor de ritmo cardiaco comprado también en amazon, de una marca poco conocida, hecho en China, que coloqué en el manubrio y ahora para mis sesiones de ejercicio me pongo el sensor en el lado izquierdo el pecho y pedaleo rápidamente sobre mis silenciosos y pequeños rodillos. Estoy a punto de cumplir 53 años y si bien es altamente probable que mi energía haya disminuido, mis recursos y mi motivación aumentan.

Ahora que tomo topiramato de 100 mg he perdido entre seis y siete kilogramos de peso y habiendo modificado mi alimentación añadiendo ensaladas y legumbres, ha disminuido mi proporción de tejido adiposo y ello da la impresión de que mi masa muscular ha aumentado. No pretendo parecer más joven de lo que soy, simplemente, soy un hombre maduro que ha llevado bien sus cinco décadas terminadas y lo que lleva de la sexta.

A un año y un mes de haber cambiado mi horario de trabajo me he adaptado finalmente. Levantarme en la madrugada ya no parece algo poco natural y el transcurrir del día ha comenzado a dejar de parecer fastidioso y en cambio me siento cada vez más seguro de mí mismo. En dos horas habrá terminado esta semana de trabajo porque los dos días (laborales) que quedan, jueves y viernes, serán de descanso. Ahora tengo dos inquilinas en casa, dos perritas, madre e hija de raza criolla que a la vez de hacer el papel de mascotas, hacen el papel de guardias y cuidan la casa en caso de que algún lacra tenga la ocurrencia de querer meterse a robar, con el peligro añadido de que le haga algún daño a mi madre.

El pasado sábado 1 de abril fue un día con varios eventos. Se entregaron en casa mis rodillos Kreitler Challenger, desayuné con mi queridísima amiga Laura y llegaron mis mascotas Chorreada y Clarita.

La vida cambia, para bien.