lunes, 1 de marzo de 2010

Jeff el semidiós, atacar a otros

A Mónica no le cabe la vergüenza de tenerme como hermano y ese sentimiento tiene su origen en el desprecio de su esposo, grandísimo hijo de puta. Esa vergüenza y ese desprecio se hacen extensivos a mi hermana Yolanda, a su esposo Enrique y a sus hijos. Muy probablemente también a nuestra madre. Quisiera estar equivocado en esto último.

Mi madre, a quien de cariño llamo “mi Osito Dormilón,” sabe que si visitara a su hija en su casa en San Bernardino California, Mónica la pisotearía, la humillaría.

Mónica se ha mostrado muy activa a partir de que se casó, desarrollando una intensa hostilidad por su familia de origen, a quienes ve como inferiores.

Mónica no puede darse cuenta de que si su esposo se casó con ella es porque es la clase de individuo que vive con complejo de gusano y solamente puede sentirse bien rodeándose de gentes a quienes considera inferiores, y eso la incluye a ella.

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