He notado actitudes de animadversión de compañeros que trabajan en esta misma oficina y son allegados de él, pero algo positivo es que no sucede con todos. Si bien es cierto que muchas personas carecen de la inteligencia más elemental para hacer raciocinios, específicamente cuando alguien les dice algo negativo de otra persona pensar: ‘eso dicen de él/ella, pero a mí no me consta’, otras no se involucran y su proceder sigue siendo el mismo.
Y lo que hay que meditar es ¿qué tanto me puede afectar el veneno de un individuo impotente y por qué debería tener algún efecto en mí?
Si hay algo seguro sobre él es que es una persona miserable, cobarde, carente de virilidad y hombría y de honestidad y cualquier característica que pueda tener alguna relación con la palabra valor, así sea de manera remota. Este tipo tiene en esta empresa cerca de 10 años y es bien conocido por su estilo viperino y mal intencionado.
En lo que a mí respecta, si continúo con mi buen desempeño, conocido por todos, independientemente de que les simpatice o no, como un empleado responsable en quien se puede confiar, competente, que cumple con todo y no causa ningún tipo de problemas, aquellos que han escuchado y creído los embustes de este crótalo se darán cuenta de quién es el mal individuo y el golpe bajo no habrá dado en el blanco y por el contrario, habrá salido contraproducente.
Mi trabajo es muy importante para mí. Con él tengo el ingreso que necesito para vivir y un estilo de vida que si bien es menos de lo que merezco, es mucho más de lo que jamás he tenido.
No puedo darme el lujo de perderlo o ponerlo en riesgo por un remedo de alimaña que para acabarla de completar es un patético cobarde, como tantos otros.
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