Trato de corregir el rumbo terrible que ha tomado mi vida casi desde el principio, y un incidente que debería considerar menor, me rompe el equilibrio.
Llamé a Cruz Verde Las Águilas y me contestó Sayroli, la psicóloga encargada del turno vespertino
entre semana. Conocí a esta joven en septiembre de 2014 y me causó una buena impresión (como me sucede de manera tan frecuente) y seguí teniendo una opinión muy favorable de ella, hasta el día de hoy.
entre semana. Conocí a esta joven en septiembre de 2014 y me causó una buena impresión (como me sucede de manera tan frecuente) y seguí teniendo una opinión muy favorable de ella, hasta el día de hoy.
Como mencioné en entradas anteriores, la psicóloga Delia Algarín Chávez, cubre-incidencias en fin de semana en la mencionada unidad de Cruz Verde, el viernes 4 de diciembre del año pasado, me quitó mi cita del día siguiente, sábado 5 de diciembre (que una semana antes me había anotado Laura Atilano) para hacerle espacio a otro usuario, acto absolutamente reprobable que da una idea de la clase de persona que es esta señora.
Después de hacer eso, me envió una serie de mensajes de texto a mi Smartphone utilizando el suyo, diciéndome que Laura Atilano había cometido un error y que no había cita para el día siguiente, y cuando le pregunté por what’s up "¿eres Delia?", me bloqueó. A Guadalupe Rodríguez, su jefa (otra persona que tampoco se distingue por su honestidad) le dijo que se había presentado una situación de emergencia, un paciente con ideación suicida.
De paso quisiera comentar que Delia le dijo a Guadalupe Rodríguez que iba a denunciarme por amenazas, algo que yo jamás hice. Guadalupe Rodríguez no se lo creyó, pero con la deshonestidad que la caracteriza, cuando le conviene afirma categóricamente que yo jamás hice eso, y cuando sirve a sus propósitos dice que yo amenacé a esta hiena.
Este acto de deshonestidad y falta de vergüenza debería despertar el rechazo de gente como Sayroli y de cualquier otra persona que se entere de cómo se las gasta la psicóloga Delia, que por cierto también es paciente psiquiátrico.
A las cinco de la tarde del día de hoy, llamé a Cruz Verde Las Águilas sabiendo que me iba a contestar Sayroli, una persona a la que yo tenía en alta estima por considerarla una dama, y el montón de sinsentidos que me dijo me produjeron un profundo malestar. Sayroli debió sentirse molesta por una situación que se dio hace algunas semanas, en las que yo la confronté respecto al conflicto con Delia, preguntándole cómo se había enterado de que yo le mandé un tweet (a Sayroli) en el que me refería a Delia de manera despectiva. Es cierto que mi comportamiento no fue el mejor, pero me disculpé y después de todo, manejar situaciones difíciles es parte del trabajo de un psicólogo.
En la llamada de hoy, Sayroli me mencionó reiteradamente a Carolina (a quien no conozco y quien no me puede atender por el número de pacientes que tiene) y a Delia como las psicólogas que se encuentran en fin de semana, y sabiendo que Sayroli no es tonta, que tiene una buena formación académica puedo darme cuenta de que darme esta información inútil fue una forma de agresión indirecta, un acto reprobable.
El comportamiento de Sayroli no es correcto y al hacer esto, incurre en una traición, como hacen tantas personas. Lo considero así porque tomar partido por una persona que hace cosas indebidas va en contra del comportamiento ético. ¿Por qué hace esto Sayroli? ¿Le debe algo a Delia? ¿Dónde están sus principios?
Ya no soy joven, ya tengo más de cincuenta años y sigo siendo un ingenuo. Voy por la vida pensando que hay gente que no pega por la espalda, a pesar de que la experiencia me ha demostrado todo lo contrario.
Bueno, ahora Delia está en deuda con Sayroli, o la segunda le ha pagado un favor a la primera.
Una verdadera lástima.
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