jueves, 20 de julio de 2017

No muy lejos del final


Mi semana laboral consta de 47.5 horas repartidas en cinco días, es decir nueve horas y media diarias, de lunes a viernes. La jornada es larga.

Gano poco dinero, una cantidad que no me permite ahorrar y mi juventud terminó y laboralmente ya no hay nada por delante. Como resultado de lo que sucedió hace 19 años, en que mi enemigo me pegó por la espalda y después me fui a Tijuana a buscar empleo (el error más grande que he cometido en mi vida), en que todos los miembros de mi familia participaron en un ataque en mi contra y las consecuencias que eso tuvo, laboralmente estoy acabado.

Cuando me vaya de la empresa en la que trabajo, sea porque me den de baja o porque yo renuncie, mi vida laboral habrá llegado a su fin, y muy probablemente mi existencia también.

No sé cuántos años me quedan de vida, pero no serán muchos. No voy a llegar a viejo, no quiero.

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