viernes, 6 de enero de 2017

El porqué del nombre de este blog, enfermedad mental y violencia


El nombre de este blog encierra la idea fundamental que gobierna mi realidad, la cual se compone de dos partes: la primera, soy un enfermo mental (un verdadero estigma); la segunda, que como tal, he sido sometido a una tremenda violencia desde mi más temprana infancia, y eso no ha terminado.

Hace 23 días se cumplieron nueve años de que mi padre se fue de este mundo, y el día de hoy lo odio tanto como el día que murió.

No puedo negar que mi realidad es infinitamente mejor de lo que era hace menos de tres años. A principios de 2014 empecé a hacer traducciones técnicas con la amiga de una vecina y en abril de 2015 fui contratado en una empresa farmacéutica como químico traductor, lo que ha hecho una enorme diferencia en mi existencia. Y sin embargo, no disfruto de la vida como cabría esperar.

Este mes de diciembre de 2016, el último de ese año, mis hermanas Mónica y Yolanda se hicieron presentes en la vida de nuestra madre. La primera le envió dinero y la felicitó por Navidad y Año Nuevo, pero puso especial cuidado en dejar claro que los buenos deseos eran única y exclusivamente para ella, dejándome fuera. En cambio Yolanda nos felicitó a mi madre y a mí, lo que me causó una buena impresión, si bien no me sorprendió. Pese a nuestro conflicto, Yolanda sigue mostrando su parte noble y su buen corazón.

Volviendo al inicio de esta entrada, pienso con mucha frecuencia (demasiada) en cuántas personas me han elegido como blanco de sus ataques, teniendo la idea de que soy un alfeñique al que cualquiera puede lastimar y salirse con la suya, porque no tiene nada que temer de mí. Mi padre me atacó desde que yo era un niño muy pequeño y conforme pasaron los años, la saña fue en aumento y la manifestación de su odio nunca disminuyó, solamente cambiaron sus métodos. Mi madre fue tanto partícipe como cómplice, pero a ella la he perdonado porque en su envejecimiento paulatino ha aflorado su verdadera esencia, la de un bello ser humano que tiene mucho que dar. Su belleza interior se refleja incluso en su físico, es una ancianita muy bonita, con un rostro armónico, un cuerpecito macizo y grácil y unos ojos muy expresivos.

Mi hermana menor, Verónica murió hace 10 años y ocho meses y el recuerdo duele menos, si bien jamás voy a olvidarla y a tener en mente que ella compartió conmigo el papel de hijo problema, el papel de chivo expiatorio, el causante oficial de todos los problemas de la familia, y a la vez fue otro blanco de los ataques de muchas personas.

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