viernes, 19 de mayo de 2017

Decirle adiós al resentimiento, una explicación, segunda parte


Me parece que la situación actual de mi familia nuclear, lo que queda de ella, tres hijos (Mónica, Yolanda y yo) y nuestra madre de 75 años, es resultado natural (tal vez debería usar la palabra consecuencia) de más de medio siglo de existencia como familia disfuncional, lo que no significa que ello justifique todo lo que está mal.

Para terminar con el caso de Mónica, podríamos concluir diciendo que vive un matrimonio de aparente estabilidad porque los cimientos de esa unión son débiles y descansan en falsas creencias. Como sucede en las vidas de tantas personas, su religiosidad es solamente una ideología que los absorbe los fines de semana —específicamente el domingo— pero que usan como una bandera o un estandarte para ir por la vida proyectando la imagen que la sociedad en la que viven espera de ellos.

Mi hermana gemela ha estado casada durante más de 15 años y durante ese tiempo ha contado con estabilidad financiera y ya no corre peligro de ser descubierta como residente ilegal ni de ser expulsada de ese país del que ahora es ciudadana. Sin embargo, esas buenas condiciones no le han sido de provecho y conforme ha pasado el tiempo se ha llenado de rencor y de odio hacia su familia, específicamente hacia su hermano y hacia su madre, algo difícil de explicar porque el verdugo fue nuestro padre y las víctimas directas fuimos Óscar, quien escribe estas líneas, y con el paso del tiempo, Verónica, la hermana menor, fallecida hace once años.

Resultaría innecesario aclarar que no puedo predecir lo que va a suceder en el futuro, pero la debilidad de Mónica y su impotencia vital aunadas al carácter tóxico y venenoso de su cónyuge —a quien ella ve como un semidiós— constituyen un caldo de cultivo para un descenso a un infierno de vejez en una amalgama de confusión, violencia intrafamiliar y enfermedad mental del que no podrán escapar ella ni su cónyuge y como siempre, sus hijos serán víctimas inocentes.

¿Me equivoco? El tiempo lo dirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario