El hecho es que Jeffery Alan Jung, el reverendo hijo de puta, antes de conocerme, en los días anteriores a su visita en junio de 2003, convenció a mi hermana de que yo era the scum of the earth y la perversa idiota se lo creyó. Me parece que tiene lógica pensar que ese gringo malnacido le ha metido en la cabeza durante todos estos años que ella es una víctima y yo soy el victimario, cuando el victimario fue nuestro padre y Mónica fue una víctima menor, si acaso.
Esto me trae a la mente a mi otra hermana, a Yolanda, que hizo alianza con nuestro monstruoso padre y nunca la rompió, de hecho fue la única de los tres hijos que quedábamos que estuvo con él cuando este murió. Yolanda no nada más cerró los ojos ante el hecho de que nuestro padre era una persona de lo peor, sino que además hizo creer a otros que nuestro padre era una víctima (por lo menos en cierta medida) y que yo era un victimario. Me parece muy probable que haya hecho eso con gente como mi tía Susana y mi tío Paco, de quienes he hablado antes en este blog. De ahí el comportamiento de este señor Francisco Mendoza González, ahora anciano, pendejo desde siempre que parece tener una homosexualidad soterrada y muy probablemente estuvo enamorado de mi infame padre.
Volviendo a Mónica y sobre todo a su esposo Jeffery, si la salud mental de ella sigue cuesta abajo, ese hijo de puta podría enfrentar consecuencias muy graves por el daño que ha hecho, podría tener que enfrentar una situación en la que tuviera que educar solo a sus hijos sin la ayuda de una esposa o peor aún, con una enferma mental como cónyuge. La vida da tantas vueltas.
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