jueves, 10 de septiembre de 2015

Mi existencia relativamente solitaria, y la esporádica necesidad de una pareja

En diciembre de 2012 dejé de vivir solo y mis condiciones de vida cambiaron radicalmente. Un mes más tarde, tuve internet en casa y comencé a usar la red social twitter sin medida, lo que por supuesto parecía inadecuado. Tuvo que pasar más de un año (marzo de 2014) para que comenzara a trabajar en casa, traduciendo documentos para una empresa farmacéutica. Fue entonces cuando comencé a contar con modestos ingresos, pero no hice nada para buscar una pareja, que tanta falta me hace.

Puede ser que inconscientemente haya elegido un estilo de vida en soledad, sabiendo que es doloroso, por tener la certidumbre de que enamorarme y formar una relación de pareja  con el paso del tiempo puede conducir a problemas de relación que resultarían aún más frustrantes y dolorosos. También existe la posibilidad de que haya esperado encontrar en twitter una mujer que se interesara en mí, a la que pudiera conocer y a quien no le importara mi estilo de vida tan poco convencional y mi ausencia de logros, mi precaria salud mental, etc. Esto sencillamente no ocurrió.

Y ahora encuentro una mujer muy bella que vive en otra ciudad (bastante lejos de la mía), con una licenciatura en psicología, una maestría y un diplomado, y una enorme capacidad de trabajo. Además de su belleza física me fascinan su personalidad, sus intereses, su actividad y su voz, su risa y su alegría. No me he encontrado con ella, físicamente, pero el enamoramiento parece real y ella lo sabe; se lo manifiesto cada vez que hablo con ella, o sea todos los días.

En una de nuestras primeras llamadas, al inicio de nuestra relación (ella no es mi novia ni me considera su pareja), le dije que quisiera tenerla conmigo, tendida en el sofá de la sala o en mi cama, abrazándola para poder dormir así, con nuestros cuerpos unidos y entrelazados. Entonces K dijo algo así como: ¿dormir? No..., sugiriendo que quisiera hacer más que eso. Sorprendido, le aclaré que no había manifestado otra cosa porque no quería que pensara que mi interés en ella era puramente sexual y entonces comenzamos a amarnos con palabras, expresando de manera absolutamente explícita lo que quisiéramos hacer manteniéndonos en todo momento dentro de los límites de lo correcto, evitando usar expresiones vulgares o irrespetuosas, pero sin carecer del sentido del humor. K me permitió explorar con mi boca la parte más íntima de su anatomía, y recorrer con mis labios la dermis que cubre el total de su maravillosa anatomía. Comenzó entonces ese vínculo tan poderoso que une a una mujer con un hombre, y esa dama, esa mujer a la que amo ha definido nuestra relación como la de amigos con derechos.

Me doy cuenta de que K busca mantener una distancia entre nosotros, por una parte porque trata de protegerse evitando enamorarse de mí, temiendo que la utilice y después me olvide de ella, como ha hecho un número de malos individuos. He tratado de tranquilizarla pero mis argumentos no resultan convincentes y no puedo culparla por ello. Al mismo tiempo, K quiere evitar que yo me involucre con ella más de lo prudente y acabe sufriendo ante la imposibilidad de que ella me corresponda y seamos pareja y podamos amarnos verdaderamente. La distancia es parte del problema.

Todo esto habla de la inteligencia, la sensibilidad y la consideración de esta mujer tan hermosa. Y algo que me llama mucho la atención es su incredulidad ante mis afirmaciones de que es una mujer con una belleza deslumbrante, tanto en el exterior como en su interior. K tiene la capacidad de querer a mucha gente, a personas a las que ni siquiera conoce, como las víctimas de los crímenes de estado en nuestro país, así como a personas que sí conoce, como sus pacientes niños con problemas de aprendizaje y sus alumnos en la universidad.

K es un bello ser humano, alguien que yo quisiera que trascendiera en mi vida, pero sé bien que las posibilidades no son muchas. Y al pensar en los acontecimientos afortunados que se han dado en mi vida en los últimos años imagino que si finalmente mi vida comienza a cambiar para bien, pudiera tener una oportunidad con K, pudiera convertirse en una compañera para mi vida futura y ese sería uno de los componentes más importantes de una vida plena, que me ha sido negada.

Ella y yo creemos en Dios, si bien mi fe es débil. Sigamos adelante, K amada mía.

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