martes, 27 de diciembre de 2016

Mi enemigo David, paralelismo en nuestras vidas


¿Por qué creíste que podías hacerme daño y no tenías nada que temer de mí?

Locomoción, movimiento con una cadencia perfecta, alta frecuencia en el pedaleo, aproximadamente 90 rpm, es decir una revolución y media por segundo o incluso un poco más alta si bien la resistencia es baja. Al cabo de 10 minutos la multiplicación cambia y la resistencia aumenta, la frecuencia sigue siendo igual de alta y la velocidad en km/h se incrementa. La respiración se hace más profunda e intensa, el corazón late más rápido y los pulmones inhalan y exhalan más aire, las contracciones musculares consumen más energía…

Todo comenzó en algún momento en mi temprana adolescencia. Leía un ‘comic’ en el que un maestro de educación física le decía al protagonista que al correr por la pista de atletismo debería concentrarse en mantener una velocidad uniforme; la idea me gustó y tiempo después comencé a correr en las calles cercanas a la casa donde vivía con mi familia. De eso han pasado muchos años y desde entonces he estado activo cuidando además mi alimentación, aprendiendo sobre nutrición y buenos hábitos de higiene. ¿Soy un individuo despreciable, un fracasado, un alfeñique que no ha hecho nada con su vida y por lo tanto hombres como tú quieren pegarme, traidor?

Mi postura corporal no proyecta la imagen de un fracasado, mi estilo de vida es muy sano y no vivo en el carril rápido, cometiendo un suicidio haciéndome daño sin poder detenerme. Bebo con moderación, no fumo (nunca lo he hecho), no consumo ninguna droga ilícita y mi hábito más terrible consiste en tomarme unas seis tazas de café al día. A diferencia de ti, no vivo cavando mi propia tumba y no tengo un cadáver en el clóset.

El pobre idiota que quiso sentirse superior al amigo al que decidió arruinar pegándole por la espalda, sigue en su carrera de ratas. ¿Era necesario contraer matrimonio y tener hijos? Por supuesto que es algo perfectamente válido, siempre y cuando el deseo sea genuino y no se haga porque eso es lo que otros esperan de uno. Este remedo de Judas Iscariote se casó con una mujer muy exótica (entiéndase muy inferior) porque sintió que se le estaba pasando la hora, su hermano menor ya había tenido un hijo y este imbécil no quiso quedarse atrás.

¿Por qué me eligió para probar sus fuerzas conmigo? En apariencia yo había fracasado contundentemente, teniendo más de 30 años sin haber trabajado jamás, habiendo fallado dos veces en la universidad, careciendo de todo excepto de una buena preparación académica (a pesar de todo) y de un buen dominio del idioma inglés, que superaba el de este Judas. ¿Y qué obtuvo? Un golpe contundente, al darse cuenta de que ese amigo al que consideraba un inadaptado, muy inferior a él en lo intelectual (en lo físico era absolutamente superior), no era tal y en ciertas áreas del conocimiento lo superaba por mucho.

Ese Judas Iscariote iba por la vida desesperado por hallar el reconocimiento que quería merecer. Un hermano mayor había logrado mucho profesionalmente y sentía que sus padres no lo valoraban como merecía. ¿Y era admirable lo que había hecho este traidor? Me parece que no.

David nació sin trastorno por déficit de atención con hiperactividad, y por tanto sin problemas de aprendizaje. Creció en una familia no disfuncional donde la violencia no estaba presente en todo momento y avanzó en sus estudios sin obstáculos, la senda que tenía que seguir era lisa y fácil.

A partir de 1998, la vida del amigo inadaptado, que siempre había sido difícil, se complicó aún más como consecuencia de la puñalada que le propinó el infame en quien confió y a quien creyó su amigo, y el progresivo deterioro de sus condiciones de vida lo puso varias veces al borde de la muerte. Un día, el amigo inadaptado (que llevaba el puñal bien clavado en la espalda) cobró conciencia de que había vuelto a perder la voluntad de vivir y decidió esperar a que terminara su existencia.

Pero la vida es como un cuerpo de agua en movimiento, y ciertos acontecimientos trajeron a la vida del paciente psiquiátrico cambios afortunados, como un empleo con una remuneración justa y con ello la oportunidad de volver a interesarse en ella.

¿Qué sigue? Tantas veces he imaginado lo que puede haber en el futuro para las personas que me han hecho daño y las cosas jamás han sucedido como las esperé, ni remotamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario