Esto puede deberse en parte a los días de asueto que vienen con esa fecha (este año será la excepción, pues cae en fin de semana), pero sobre todo a la abundancia de dinero y la posibilidad de comprar muchos satisfactores, un ejemplo de cuando el dinero sí da la felicidad y una relación más cordial con otras personas, así sea sólo debido a una costumbre, muy aparte de que las personas seamos religiosas o incluso de que seamos creyentes o no.
El próximo fin de semana va a comenzar el viernes 23 de diciembre, en el cual además de hacer algunas compras para la cena de Navidad, pasaré el día descansando y haciendo ejercicio en mi bicicleta de carreras. Esa actividad, que he llevado a cabo durante una buena parte de mi vida, me proporciona un bienestar físico y mental que comprende el mantenimiento de una buena salud y al mismo tiempo, un ritual que en los días entre semana dura aproximadamente 40 minutos, en el cual sudo copiosamente y al terminar anoto en un cuaderno la lectura del odómetro del velocímetro montado en el manubrio de mi bicicleta.
Una vez que me he cambiado de ropa y tengo puestos mis shorts de ciclismo, una camiseta sin mangas y mis zapatillas, que en la parte delantera de la suelta tienen atornilladas unas calzas que se insertan en los pedales, con mi bicicleta sobre los rodillos comienzo a girar las bielas, con una multiplicación baja al principio. Mantengo una frecuencia de pedaleo alta en combinación con una multiplicación baja durante unos diez minutos, en los cuales mantengo una velocidad de unos 25 km/h. Después cambio la multiplicación a piñón que sigue en el sprock, y pedaleo otros diez minutos con una cadencia igual de alta, pero ahora a una velocidad de unos 27 km/h. Antes de terminar esta primera serie cambio al piñón que sigue y ahora la velocidad anda en los 30 o 31 km/h. Después de unos cuatro minutos, que corresponden a dos kilómetros recorridos, termino la primera serie en la que he recorrido entre 10 y 12 km.
Después de descansar unos minutos (que frecuentemente son demasiados, por mi costumbre de estar metido en la red social twitter), vuelvo a subirme a mi bicicleta sobre rodillos y mantengo la multiplicación en la que sostengo unos 30 km/h durante unos ocho minutos, después de lo cual paso al siguiente piñón y sostengo una velocidad de unos 35 – 36 km/h. Cuando llego a esto alterno el pedaleo usando estos dos piñones hasta terminar la segunda serie de pedaleo y haber recorrido entre 20 y 24 o 25 km.
La verdad es que es bastante poco.
Esa tendencia a ejercitarme en solitario comenzó muy al principio de mi adolescencia, en que ejecutaba largas sesiones de salto de cuerda. Con el paso de los años pasé a correr en la calle, actividad que llevé a cabo durante unos ocho años, y más comencé a ejercitarme en bicicleta, debido a dolores intensos en los tendones de Aquiles, consecuencia de correr en superficies duras. Mi infancia difícil que se convirtió en una adolescencia desastrosa y mi juventud de enfermedad, aislamiento e improductividad hicieron de mí un solitario, con un pie fuera de la realidad y la tendencia a aislarme del mundo. Una vez que tuve un velocímetro en el manubrio de mi bicicleta, comencé a prestarle mucha atención a la lectura del odómetro, y en menos medida a la velocidad promedio y otras variables.
Hoy, a los 52 años, siete meses y 24 días de vida, ejecuto mi ritual cotidiano de treparme en mi bicicleta sobre rodillos (excepto en fin de semana, en que salgo a rodar en circuitos cercanos a mi casa) y apunto el kilometraje que indica el odómetro. Anoche llegué a 15870 km, conteo que comenzó en septiembre de 2014 y refleja poca actividad.
Estos dos últimos fines de semana que le quedan a este año serán de tres días, y una de mis mayores motivaciones es ejercitarme en mi bicicleta de carreras, tanto sobre rodillos como en circuitos cercanos a mi casa, más que de costumbre.
Me imagino que a muchas personas esa motivación les parecería risible, pero la eso verdad no me importa en lo más absoluto. No he hecho mucho con mi vida (de ahí puedo establecer un paralelismo con mis recorridos en bicicleta, tan cortos), y sin embargo hay más satisfacción en ella que en las vidas de muchos individuos cuya existencia ha sido menos difícil que la mía.
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